Ángel de Castro
Conocí a Ángel de Castro hace ya más de veinte
años cuando éramos colaboradores de la revista Reflejos. Escribíamos artículo
de opinión y como opinábamos parecido pedimos a José Ignacio que hiciera el
favor de presentarnos y aquí estamos.
Hablando de literatura. De poesía y de prosa. De la grandeza de la
novela larga y la esencia del pequeño haiku, de los versos del compromiso
necesario y los elegantes versos sin compromiso alguno.
Ángel de Castro, que sabe mucho de
literatura y ha publicado bastantes libros a lo largo de su vida, imparte
actualmente cursos y talleres de escritura a grupos de personas que tienen
interés por aprender a escribir y suerte por tener el mejor maestro.
Voy encantada a presentarlo el 27 de febrero
en la Casa de Zorrilla y el 14 de marzo en los Viernes de Sarmiento, donde nos
ofrecerá un emotivo recital que tiene por título “Viaje a mi infancia pasando por la tuya”. Leerá textos inéditos de sus últimos trabajos
en prosa donde cuenta episodios evocados de su infancia que sin duda nos
llevarán también a la nuestra.
Pero no solo de prosa vive el
hombre. En la segunda parte del recital
nos llevará por “otros aires” para leernos poesía de los poemarios que tratan de derechos
humanos, de paraísos y de abrazos. Me gustan los poetas que ponen el dedo en la
llaga más doliente y al rato, sin rencor ni dolor, te muestran la vida desde la
ventana de la esperanza más saludable. Como cuando denuncia la terrible
barbarie del comportamiento humano y después asume la pertenencia al género. Son
los poetas más completos, los que más aportan.
Resultado de una fructífera vida
coordinando Programas para las personas mayores
en el Departamento de Animación Sociocultural del Área de Bienestar
Social de la Diputación de Valladolid, son algunas de sus publicaciones:
“Diario interactivo”, “Proyectos de vida a partir de los 50 y más” o “Diario de
un jubilado impaciente”. En 2011 publicó el poemario “Al aire de los días, al
hilo de las noches”, del que nos ofrecerá algunos poemas en este recital.
Y para terminar quiero añadir que de su
mano he conocido a Rita Levi o a Wislawa Szymborska, además de a otras mujeres de entendimientos edificantes
como Mª Jesús, Juana o su santa. Y aunque él es más de mujeres, también me ha
presentado al pastor-filósofo de Camporredondo.
Y todas las personas que conocen a Ángel
de Castro opinan lo mismo de él: que su actitud ante la vida es verdaderamente
ejemplar.
Gloria
Rivas Muriel, febrero 2014