viernes, 3 de febrero de 2012

Tarde de viernes


 Querido blog: aprovecho esta ociosa tarde de viernes, de frío viernes,  para hacerte un poquito de caso y traerte unas palabritas de calor. A ver si me acostumbro a que estás aquí, esperando palabras, como una pizarra limpia, como un cuaderno sin rayas que pide poesía, cartas, protestas o recetas de cocina....
Hoy te traigo lo primero. Vamos a airear versos.  
Versos para las niñas afganas, a las que tanto miro, especialmente en estos días tan fríos.

               (Para mi "niña afgana con reloj")

Hay ciudades del  mundo que sus calles
viven enfermas de melancolía,
sólo caminan hombres cabizbajos 
mezquinos carceleros de sus flores.

Algunas margaritas comen piedras
a la sombra del odio y del silencio,
y leves azucenas con semilla
paren con miedo de que sea una orquídea.

Hay ciudades que no son ni ciudad,
pues les falta un despacho de correos,
una escuela con mesa de maestra
y unas niñas que salten a la comba.

Hay ciudades que tienen por debajo
más censo que a la sombra de sus nubes;
un subsuelo de calcio aglomerado
muerto de miedo a la eternidad.

******
Hay ciudades del mundo que sus calles
viven enfermas de melancolía,
los hombres que caminan cabizbajos
arrastran sus cadenas de barbarie.

                                                                   
                                                                                  (De "La mano del mortero es de madera")