viernes, 16 de noviembre de 2012

                                                                                                                    A mi hermana, Rocío Rivas Muriel
Un relato creíble  

Como todo el mundo me dice que no hago más que escribir relatos tristes y que tanta penuria no es creíble, he decidido escribir algo más animado, más realista o verosímil para no caer en desgracia con tanto pesimismo.
El día once de septiembre del año dos mil doce llamaron a la hija de mi vecina de una empresa de trabajo temporal para hacerle una entrevista, y nada más escucharla la contrataron para sustituir a la señora de la limpieza del portal, que se había caído de la escalera. Bueno, casi no se había hecho daño pero le dieron la baja enseguida con mucha alegría y consideración.
A la hija de mi vecina le ha cambiado la vida este contrato de diez horas y cuatrocientos cincuenta y dos euros con ochenta céntimos, que vienen a ser setenta y cinco mil pesetas, que no están nada mal. Pero lo más emocionante es que también le ha cambiado el destino, pues cuando estaba barriendo pasó por allí el hijo pequeño de los reyes de Dinamarca, el más apuesto, y se enamoró de ella perdidamente. La boda se celebrará este sábado en Copenhague y la empresa de limpieza ha puesto un autocar para el enlace. El encargado de la ETT, que le perdonó los quince dias, está invitado y llevará las arras.

                                                  Gloria Rivas Muriel (De Historias creíbles en otoño 2012)